Grandes líderes, empresarios, filósofos y una serie de personajes destacados a lo largo de la historia, aseguran qué llevar una vida disciplinada es estar condenado al éxito, no hay otro destino distinto a ese.
Está claro qué la disciplina es uno de los hábitos más difíciles de adquirir, se puede decir qué es la madre de todos los hábitos, con ella se pueden alcanzar grandes logros, pero pocas personas logran implementarla en sus vidas ¿por qué? ¿acaso es un hábito qué está incorporado en ciertas personas?
La incapacidad de las personas de adoptar nuevos hábitos las ha llevado a pensar qué la disciplina es un “don” qué solo pueden tener personas prodigiosas, como científicos, filósofos, empresarios y hasta deportistas, ignorando el gran poder qué ellos guardan en su interior pero qué permanece dormido.
Cuando alguien alcanza el éxito es muy común escuchar qué es porque tuvo un “golpe de suerte” y no se le da mérito a su esfuerzo, entrega, dedicación y disciplina qué le llevaron a alcanzar ese gran logro. Significa qué detrás de todo éxito hay una historia qué contar, en la qué los protagonistas son los hábitos qué disciplinadamente se incorporaron en el diario vivir.
Eliminar los distractores qué se presentan día a día no es tarea fácil, especialmente cuando se tiene un celular en la mano; solemos caer en la tentación de malgastar valiosas horas del día mirando mensajes, videos y publicaciones qué nada aportan a nuestra vida, dejando de lado las verdaderas tareas de valor, en pocas palabras, nos convertimos en zombies cibernéticos.
Sí, ser disciplinado es una tarea qué duele, qué incomoda, pero qué genera resultados extraordinarios; para alcanzar grandes logros hay qué estar dispuesto a hacer aquello qué los demás postergan simplemente por pereza de salir de su zona de confort; prepárate, porque la vida qué deseas está al otro lado de lo común.
Son 66 días los qué necesitas para implementar un nuevo hábito en tu vida, uno qué te acerque hacia la meta; los primeros 22 días es la FASE 1 mejor conocida como la fase de destrucción, porque es justo cuando empiezas a reacomodar cada parte de tu vida; la FASE 2 también se compone de 22 días y se le llama la fase de implementación, es el momento en el que sientes un gran deseo de volver a tu vieja rutina y abandonar la nueva, crees qué no has avanzado y te frustras, pero tranquilo, estás a punto de alcanzar el gran nivel qué se encuentra en la FASE 3 y es la fase de integración, en la cual desarrollas en los últimos 22 días la integración de un nuevo hábito, ese qué nos permitirá alcanzar las metas propuestas.
Recuerda qué todo cambio es difícil al principio, desordenado a la mitad y hermoso al final.
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