La definición parece simple: la palabra karma proviene del sánscrito (lengua clásica de los eruditos indios) y significa «acción«; sin embargo, «en el budismo se refieren a ella como la ley de causalidad» el karma sería el equivalente a la ley de Newton, que formula que,
Cada acción conlleva una reacción proporcional»
Newton
Así, tanto en la vida como en la física, estamos regidos por una relación causa-efecto que se encuentra muy por encima de las leyes de cualquier país, del mismo modo que la ley de la gravedad, del movimiento planetario o las leyes de la termodinámica.
El pensamiento cobra gran importancia para el karma. Recuperando la expresión popular: «la intención es lo que cuenta«. «Un acto físico involuntario no es karma. El karma es ante todo una reacción, un acto de origen mental. Si aplastas una hormiga por descuido, eso no es karma, aun cuando el acto tiene consecuencias terribles para la pequeña víctima. En cambio, si veo la hormiga y conscientemente pongo mi pie encima para matarla, eso es karma, y del peor tipo.
La vida se torna, entonces, un ‘boomerang‘ donde si buscas perjudicar a alguien acabarás por ser tú el dañado. «Esto no debe asociarse a una idea divina. El karma es una ley universal de causalidad relacionada con todos los seres con consciencia. No tiene nada que ver con la religión» explica el lama de Nagarjuna. Así pues, la ley del karma nada tiene que ver con la existencia de dioses invisibles encargados de hacerla cumplir. Y, puesto que el budismo no es pesimista ni optimista, tampoco debe asociarse a la fatalidad o a la dicha divina sino a una inercia natural.
En cuanto a los tipos de karma que podemos acumular, o bien arrastramos de vidas pasadas, este puede ser positivo, negativo o neutral. El primero sería consecuencia de las buenas acciones o pensamientos, como la generosidad, la bondad, la verdad o el perdón. Por su parte, el karma negativo es resultado de malas acciones o pensamientos como la avaricia, el engaño, el egocentrismo o la crítica destructiva, que dañan a quienes los albergan.

La purificación del karma negativo podrá llevarse a cabo en la medida que seas capaz de generar más karma virtuoso. Y, aunque no lo consigas eliminar por completo, con buenas acciones vas a evitar que madure.
la felicidad que tengamos en esta vida va a depender de la cantidad de buenas acciones realizadas.
Por el contrario, aquellos que sistemáticamente odian, envidian, desean el mal ajeno, ejecutan venganzas, están creando un campo energético totalmente negativo que se vuelve contra ellos mismos. Y es que el origen de las malas acciones está en nuestras propias perturbaciones mentales, «derivan de nuestra actitud egocéntrica» y son la razón principal por la cual experimentamos sufrimiento. Tenemos que sufrir las consecuencias de nuestros pensamientos y actos para, en términos espirituales, hallar una vida más plena.
Sin embargo, cabe destacar que las deudas kármicas no se van pagando simplemente por sufrir, sino que es necesario «aprender la lección». Además, es posible morir sin haber limpiado completamente tu karma y esto es algo que se relaciona forzosamente con la reencarnación. Incluso, las consecuencias de nuestros actos pueden dar frutos en la siguiente vida.
Así que si quieres limpiar el karma negativo de tu vida aplica estos simples pasos en tu diario vivir y empieza a acumular el karma positivo:
1. Reconoce qué es lo que las situaciones y personas tienen para enseñarte
Aunque las cosas puedan volverse difíciles o ser distintas al ideal que quisieras, todo tiene algo para enseñarte. Toma cada aprendizaje y asimílalo. Ésta será la clave para tu propia evolución espiritual.
2. Aprende que a veces es más sabio hacer silencio
No siempre es bueno hablar. Si haces silencio aprenderás el poder y peso que tienen las palabras. Úsalas con conciencia y respeto. No digas por decir; hazlo con empatía, sin herir.
3. Focaliza en lo que te hace bien
Busca que todo lo que te rodea sea fundamentalmente, positivo. Elige rodearte de personas de buen corazón, situaciones que te permitan aprender y buenas vibraciones para ti.
4. Perdona, suelta, libera
El rencor, el odio, la envidia, los celos, etc son emociones que solo te generan mala energía dentro de ti. Elige perdonar a quienes te han hecho daño e incluso a ti mismo. Suelta lo que ya fue y confía que lo mejor está por llegar. Te sentirás mucho más aliviado.
5. Formula en positivo tus ideas
Las ideas y pensamientos no solo permanecen como abstractas en tu mente. La manera en que eliges contarte a ti mismo todo lo que te sucede y te rodea configura, de cierta forma, la manera que luego comprendes todo. Por eso, si intentas mantenerte en positivo, posiblemente atraerás todo lo bueno hacia ti, porque ya estás abierto y receptivo hacia eso.
6. Mantén el respeto y el amor hacia ti y lo que te rodea
Construye hacia ti mismo y hacia los demás, siempre desde el amor y el respeto. Busca reducir las actitudes o pensamientos que te dañen a ti o a otros. Además, proponte hacer todo desde la entrega sincera, y no desde el sacrificio. No esperes nada de vuelta. Confía en lo que das, en el Universo y en ti. Lo bueno te encontrará si lo entregas con amor y sin condicionamientos.
Excelente nota