Como su nombre lo indica, la economía colaborativa no solo beneficia a los consumidores, sino que también promueve un consumo sostenible y responsable que es bueno para el planeta.
La economía colaborativa, también conocida como “consumo colaborativo” está en constante evolución debido a qué siempre están surgiendo nuevos mercados, sin embargo, no deja de ser un un sistema socioeconómico construido en torno al intercambio de recursos humanos y físicos. Consiste básicamente en dar, intercambiar, pedir prestado, comerciar, alquilar y compartir productos y servicios a cambio de una tarifa, entre una persona que tiene algo y una persona que necesita algo.
Gracias al amplio acceso a Internet, las empresas en muchos sectores de la economía colaborativa han florecido en todo el mundo, especialmente en alimentación, alojamiento y transporte. Para ampliar el concepto, citaremos el siguiente ejemplo: A través de Uber, las personas con automóviles pueden llevar a otras personas que desean una alternativa económica al servicio de taxi.
Al igual qué con el ejemplo de transporte de Uber, también se puede traer en mención un ejemplo con los alojamientos ya qué existen varios sitios web que permiten a personas de cualquier país compartir sus hogares. Otras plataformas negocian alquileres de vacaciones entre huéspedes y propietarios.
Las empresas qué participan en la economía colaborativa han experimentado un rápido crecimiento de los ingresos, gracias al espacio digital y a las aplicaciones de teléfonos inteligentes para conectar a compradores y vendedores.
Son muchas las ventajas importantes qué se encuentran al participar en la economía colaborativa, algunas de ellas son:
- Cuidado al medio ambiente
- Ahorro
- Mayor oferta
- Sostenibilidad
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