Para empezar, es necesario mencionar que la economía circular es básicamente un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. Conceptualmente también implica la participación en una verdadera igualdad de condiciones de todas aquellas personas que participan en ella.
Es importante mencionar que la economía circular en sí misma constituye una propuesta que cuestiona y replantea diferentes dinámicas existentes en el modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, esto, no solo aplicado a la vida útil de las cosas si no en todos los aspectos, pasando por lo social y lo cultural principalmente.
La economía circular plantea una alternativa al sistema tradicional y, por ende, encuentra pocos espacios reales de implementación, no obstante, con la llegada del internet y las nuevas tecnologías cada día se abren más espacios de participación ciudadana lo que permite que los ciudadanos con visiones comunes se encuentren y plateen alternativas a lo establecido y es de esta forma, que la economía circular cobre de nuevo vigencia en diferentes comunidades alrededor del mundo.
Reducir, reutilizar y reciclar, es la premisa principal de la economía circular, es importante hacer uso de la economía circular por varias razones; la primera es que bajo esta premisa se protege el medio ambiente, ya que la reutilización y el reciclaje de productos ralentizarían el uso de recursos naturales, reducirían la alteración del paisaje y el hábitat y ayudarían a limitar la pérdida de biodiversidad. Una economía circular eficiente, que permita a todos sus participantes equidad en el acceso a las diferentes ventajas de la economía, este es el futuro, para que este planeta pueda continuar dándole un hogar a la humanidad.
Informó:
Marta Medina
Comunicadora Social & Ciudadana digital WEFU
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